Los Antiguos Paradigmas


MODELO GEOCENTRICO

El modelo geocéntrico, también llamada teoría geocéntrica, hace referencia a un antiguo modelo teórico, el cual consideraba al planeta Tierra como centro del Universo.

Esta teoría tiene sus orígenes en épocas primitivas antes de Cristo en la Grecia Antigua y se encuentra influenciada por el apoyo religioso de aquel entonces.

La teoría geocéntrica fue formulada por Aristóteles, filósofo y científico de la Antigua Grecia. Sus ideas fueron retomadas por un grupo de filósofos, pero fue Claudio Ptolomeo quien plasmó en papiros por primera vez las ideas concernientes a la misma.

Según este modelo, los planetas, los astros, los cuerpos celestes, la Luna y el Sol se encuentran girando en torno a ella. Mientras que la Tierra se encuentra inmóvil. De este modo, desde esta teoría la Tierra es considerada el centro del sistema solar.



MODELO GEOCENTRICO



La teoría geocéntrica es una de las más antiguas teorías elaboradas por el hombre en relación al lugar en que se encontraba respecto del universo.
Sus premisas perduraron a lo largo de más de miles de años, siendo la teoría dominante hasta el Renacimiento.

Con el avance de la tecnología, la observación experimental y la nueva concepción de la ciencia, este modelo fue finalmente reemplazo por la teoría heliocéntrica la cual establece que es el Sol el centro del universo y que el resto de los planetas giran en torno a él.


Recorrido histórico sobre el Modelo Geocéntrico

Aristóteles (384-322 a.C.) fue un filósofo y científico griego considerado, uno de los pensadores más destacados de la antigua filosofía griega.

Planteó inicialmente las ideas relativas a que los planetas, el Sol y la Luna se movían en círculos exactos en torno a la Tierra. Consideraba que ésta estaba rodeada de esferas y de todos los cuerpos celestes visibles. Y que eran éstos los que giraban alrededor de la Tierra.
Al intentar explicar el origen del movimiento de los planetas, Aristóteles se refirió a una fuerza divina como causante del movimiento de todas las esferas; desde la más externa a la más interna.

En esa época, al mirar hacia el cielo, los astrónomos podrían ver desde la Tierra, la cual permanecía inmóvil, como el Sol y los planetas eran los que se movían regularmente. Este hecho es el que en aquel entonces, hacía pensar que la Tierra era el centro del Universo.

El modelo geocéntrico sostenía esta idea. Que la Tierra era el centro del universo. Esta perspectiva era correspondiente a la ciencia antigua y medieval.
Para los astrónomos de aquel tiempo resultaba evidente, que el resto del universo se movía alrededor de la Tierra, a la cual consideraban como estable e inmóvil.
Eran los planetas, las estrellas, el Sol y la Luna los que podían verse moviéndose alrededor de la Tierra.



MODELO GEOCENTRICO Y MODELO HELIOCENTRICO



Para el modelo geocéntrico, creado por los astrónomos griegos, eran los cuerpos celestes los que se movían alrededor de la Tierra, siguiendo caminos perfectamente circulares.
Pero al mismo tiempo descubrieron que los patrones de dicho movimiento no eran constantes. Al mirarlos con el fondo de las demás constelaciones o estrellas que no se movían entre sí y permanecían fijas, estos cuerpos mostraban movimientos retrógrados al mismo tiempo que parecían detenerse y moverse en sentido inverso.

La teoría geocéntrica se apoyó en la idea que hace referencia al hecho de que los objetos caen hacia la Tierra.
El geocentrismo coincidía en aquel entonces con la visión dominante en la Edad Media, referente al teocentrismo. Entendido éste como una doctrina en la cual Dios era el centro de toda realidad. Para entonces la ciencia era un subcampo de la teología.

Para explicar el movimiento de los planetas, los astrónomos griegos idearon modelos en los cuales los planetas se movían a lo largo de círculos que se suponían sobre órbitas circulares alrededor de la Tierra.
A medida que los astrónomos mejoraban sus métodos de observación y medición, los modelos que utilizaban se hacían cada vez más complicados. No obstante, la teoría geocéntrica persistió en el tiempo porque funcionó.



MODELO HELIOCENTRICO



MODELO HELIOCENTRICO

Históricamente, el heliocentrismo se oponía al geocentrismo, que colocaba en el centro a la Tierra. La idea de que la Tierra gira alrededor del Sol fue propuesta desde el siglo III a. C. por Aristarco de Samos. Aunque no recibió apoyo de otros astrónomos de la antigüedad, sí fue citado por Arquímedes en el contador de arena.

No fue sino hasta el siglo XVI, durante el Renacimiento, cuando un modelo matemático completamente predictivo de un sistema heliocéntrico fue presentado por el matemático, astrónomo y clérigo católico polaco Nicolás Copérnico, con la publicación póstuma en 1543 del libro De Revolutionibus Orbium Coelestium. Esto marcó el inicio de lo que se conoce en Historia de la ciencia como «revolución copernicana». En el siglo siguiente, Johannes Kepler extendió este modelo para incluir órbitas elípticas. Su trabajo se apoyó en observaciones hechas con un telescopio que fueron presentadas por Galileo Galilei.

En el siglo XVI, el De revolutionibus de Nicolaus Copernicus presenta una discusión completa de un modelo heliocéntrico del universo, de un modo muy parecido al que Ptolomeo, en su Almagesto, había presentado su modelo geocéntrico en el siglo II d. C.
Copérnico discute las implicaciones filosóficas del sistema que propone, lo elabora geométricamente en detalle con observaciones astronómicas seleccionadas para derivar los parámetros de su modelo y escribe numerosas tablas astronómicas que permitían calcular las posiciones pasadas y futuras de las estrellas y planetas.

Con esto, Copérnico movió el heliocentrismo, de la especulación filosófica, a la astronomía geométrica predictiva -en realidad, no predecía la posición de los planetas mejor de lo que ya lo hacía el sistema ptolemaico- pero si consiguió darle consistencia científica.



MODELO ACTUAL DEL UNIVERSO

Con las observaciones de William Herschel, Bessel y otros, los astrónomos terminaron por aceptar que el Sol no se encuentra en el centro del universo; en la década de 1920, Edwin Hubble demostró que formaba parte de un complejo aún mucho mayor: la galaxia (la Vía Láctea), y que esta era tan solo una entre miles de millones de galaxias más.



GALAXIA DE LA VIA LACTEA



Las tres leyes de Kepler (comienzos de 1600) describen matemáticamente el movimiento de los planetas en sus órbitas alrededor del Sol. Tres pruebas aparentes de la hipótesis heliocéntrica fueron dadas, en 1727 por Bradley, en 1838 por Friedrich Wilhelm Bessel y en 1851 por Foucault. Bessel probó que el paralaje estelar era mayor que cero al medir un paralaje de 0.314 minutos de arco de la estrella 61 Cygni. El mismo año, Friedrich Georg Wilhelm Struve y Thomas Henderson midieron los paralajes de otras dos estrellas, Vega y Alfa Centauri.

La idea de que el heliocentrismo tampoco resultaba verdadero en un sentido estricto, fue adquirida paulatinamente. Que el Sol no era el centro del universo sino una entre innumerables estrellas, fue sostenido vehementemente por Giordano Bruno. En el curso de los siglos XVIII y XIX, el estatus del Sol meramente como una estrella más entre muchas se volvió cada vez más obvio. Para el siglo XX, aun antes del descubrimiento de que hay muchas galaxias, ya no era tema de debate.

Adentrado el siglo XX, al descubrirse que la Tierra y su sistema solar son una de las miles de galaxias presentes en el Universo ambas teorías quedaron olvidadas.
El concepto de una velocidad absoluta, incluyendo el «estar en reposo» como un caso particular, está regido por el principio de relatividad, también eliminando cualquier «centro» obvio del universo como un origen de coordenadas natural. Algunas formulaciones del principio de Mach consideran que el marco en reposo con respecto a las masas distantes en el universo, posee propiedades especiales.

Incluso si la discusión se limita al sistema solar, el Sol no está en el centro geométrico de la órbita de ningún planeta, sino aproximadamente en el foco de la órbita elíptica. Además, dado el hecho de que la masa de un planeta no puede despreciarse con relación a la masa del Sol, el centro de gravedad del sistema solar se encuentra ligeramente desplazado del centro del Sol (las masas de los planetas, principalmente Júpiter, representan el 0.14 % de la del Sol). Es por esto que un astrónomo hipotético situado en un planeta extrasolar, observaría un "bamboleo" en el movimiento del Sol.

La distancia desde el Sol hasta el centro de la galaxia es de alrededor de 25766 años luz (7900 pc), es decir, el 52 % del radio total galáctico. La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta galaxias llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante tras la galaxia de Andrómeda (aunque puede ser la más masiva, como muestra un estudio reciente).



GRUPOS Y CUMULOS DE GALAXIAS



Se denomina Grupo Local al conjunto de galaxias en el que se encuentra la Vía Láctea. Está dominado por tres galaxias espirales gigantes; Andrómeda, la Vía Láctea y la galaxia del Triángulo. El resto de galaxias, unas 50, son más pequeñas; muchas de ellas son galaxias satélite de una de las mayores.

Las galaxias libres giran en torno al centro de masas del grupo, situado entre Andrómeda y la Vía Láctea. Además, nuestro Grupo Local está contenido dentro del supercúmulo de Virgo, cuyo centro gravitatorio es el denominado Gran Atractor, hacia el cual se dirige el Grupo Local.

Dentro del Grupo Local, se conocen tres sistemas dominados por galaxias masivas actuando como centros de gravedad, y varias galaxias actuando como satélites.

En cosmología física los filamentos, también llamados complejos de supercúmulos o grandes murallas son estructuras largas y delgadas como hilos de las galaxias, mucho más que sus secciones transversales. Las murallas son mucho más amplias, pero más planas que los filamentos. Pueden abarcar 500 millones de Mpc de longitud. Los filamentos permanecen unidos por la gravedad de las galaxias; las partes en las que un gran número de galaxias están muy cerca se llaman supercúmulos.



FILAMENTOS DE CUMULOS Y SUPERCUMULOS DE GALAXIAS



El descubrimiento de las estructuras más grandes que los supercúmulos se inició en la década de 1980. En 1987 el astrónomo R. Brent Tully del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái identificó lo que llamó el Complejo de Supercúmulos Piscis-Cetus. En 1989, se identificó la denominada Gran muralla de Coma, cuyo descubrimiento fue seguido en 2003 por el de la Gran Muralla de Sloan.

En 2006, los científicos anunciaron el descubrimiento de tres filamentos alineados que formaban la estructura más grande conocida por la humanidad, compuesto de galaxias densas y manchas enormes de gases conocidas como manchas Lyman alfa.


CONCLUSION

Visto desde una retrospectiva histórica, (a pesar del antropocentrismo), el aporte de la Ciencia con su método científico, la ciencias particulares como la física, astronomía y cosmología científica han demostrado y comprobado que la Tierra ocupa un lugar común y discreto en el contexto del Universo.

El planeta Tierra se encuentra dentro del Sistema Solar, éste en los confines de la galaxia de la Vía Láctea, ésta en un grupo de galaxias locales, el Grupo Local, este grupo perteneciente a un cúmulo galáctico, el Cúmulo de Laniakea, el mismo dentro de un supercúmulo, el Supercúmulo de Virgo y este último formando parte de una de las superestructuras denominadas filamentos, una de las tantas que componen el Universo.